Guardianes de la Galaxia: el cassette interior

agosto 15, 2014

En Guardianes de la Galaxia hay un montón de momentos reseñables. Uno de ellos es, por ejemplo, toda la secuencia inicial, una construcción perfecta del background que dará respuesta a las motivaciones del héroe que veremos después. Un chaval de 7 años se enfrenta a los últimos momentos en que hablará con su madre antes de que ella muera de cáncer y el niño se quede huérfano. Está con los cascos puestos escuchando I’m Not In Love, el tema de 1975 de 10cc desde su walkman, aislado de lo que le rodea porque, como vemos, no está siendo capaz de asumir el cambio de ciclo que se le presenta (¿quién en su sano juicio esperaría de un niño de 7 años que sepa soportar esa situación?), pero el abuelo le quita los cascos, le ordena entrar en la sala, con todos los familiares haciendo un pesebre ante la muerte inminente de la mujer. Su madre le da un regalo que guardan en la mochila del pequeño. “Dame la mano”, dice la madre, en su último suspiro, y el joven Peter evita la mirada. En ese mismo momento la madre pasa a mejor vida, y él, incapaz de asumir que no podrá volver a interactuar con ella, le aprieta la mano con ansia redentora aunque esto, por supuesto, no la hace volver. Esto es saber concebir, desde el punto de vista del storytelling tradicional y canónico, el perfecto nacimiento de un trauma. Hay, también, otro momento muy bello, cargado de importancia simbólica. En el momento de la trama en la que se ha de profundizar la trama romántica (entre el beat 7 y el beat 8 de la segunda parte del guión) en que nuestro héroe le cuenta a la chica que la razón por la que ha luchado tan fervientemente por recuperar el walkman con el cassette de temazos de los 70 con que carga a todas partes, que le arrebatan en cierto momento y con que nos bombardean a los espectadores entre secuencias espaciales (con hermosísimas nebulosas multicolores y entornos fantásticos que harían llorar desde a Caspar David Friedrich como a René Magritte, a Moebius como a Chris Foss) es que, como nos dice “compartía con mi madre las canciones pop que ella me grababa”. El matiz, casi imperceptible, es ese “pop” que suena intencionado. ¿Podía haber dicho canciones? ¿O canciones favoritas? Sí, pero no haría justicia, en efecto, a lo que aquí se refleja. Las canciones, superéxitos de entonces y de ahora, son un festival de memorabilia para todos los públicos, y cada vez que empieza a sonar cualquiera de estas canciones no es ya sólo que puedas tararearlas mentalmente y adelantarte a cada compás que suene, es que muy probablemente un amplio porcentaje de los espectadores tendrán (tenemos) buenos recuerdos asociados a los hits. Mucho más allá: es que no hay nadie, y digo nadie, a quien no puedan gustarle estos himnos históricos y para todos los gustos. El Awesome Mix Vol. 1 setentero de la madre de Peter Quill es, como se suele decir, un valor seguro. Tan seguro que casi se nos antoja que este pasado del protagonista, además de como recurso cómodo y sencillo, parece un pretexto con el que justificar esta inmersión sonora retro y escandalosamente evidente que no pega para nada con el resto de elementos (estética y el tono, por ejemplo) de la película. Y el trauma, la imposibilidad de superarlo, y el abrazarse a ese walkman, último vestigio de recuerdos de su feliz infancia en los 80 (aun cuando las canciones son, de hecho, de los 70), como subtrama de una película cuya misma arquitectura, como ya han comparado, bebe bastante de El Retorno del Jedi es, al final, todo uno.

Había que pasar por una space opera marveliana para darle sentido y dimensión, dicen, a lo que vendrá en los Vengadores 2 y 3. Hacía falta presentar los planes de Thanos, uno de los grandes villanos de todos los tiempos, y ya que Marvel-Disney no cuentan con los derechos de Los 4 Fantásticos (ahora en posesión de 20th Century Fox) no parecía mala idea rescatar a un supergrupo que, aunque nació en 1969 y en el fondo nunca tuvo demasiada importancia, desde que se retomara la saga en el cómic allá por 2008 y se configurase el grupo ahora sí tenían un par de cosas: unos icónicos y dionisíacos personajes que, además, entraban de lleno en ese deseado mundo espacial. Ahora se podría hacer una película de aventuras, con sus diálogos electrizantes y manierismos hiperbólicos mientras llenamos salas en el verano de 2014 y hacemos de puente a lo que tiene que venir después. Le añadimos un director indie (aunque a James Gunn como autor ni está ni se le espera), un protagonista, Chris Pratt, que tiene conquistado a medio tumblr, a Bradley Cooper poniéndole la voz a un mapache que habla, otro par de actores queridos por el cine de acción y una promoción con momentos estelares y tenemos así cubiertas suficientes áreas del espectro de públicos deseados como para ir dándole la luz verde al proyecto e ir encargando que nos fabriquen la medalla por unas cifras en taquilla sin otra posibilidad que la de un éxito arrollador.

La persona con la que fui a ver la película (a quien, por cierto, considero alguien con critero y que salió muy satisfecho) me dijo algo que también me parece muy significativo. “Las películas de Marvel me gustan porque son un entretenimiento bien hecho y además crean una serialidad. Vas yendo a verlas y vas encontrando las conexiones entre sus personajes y tramas”, yo le pregunté que cuál era la conexión de esta película con cualquier otra, “bueno, el vilano es Thanos, que saldrá en Los Vengadores 2”. Cualquier persona que vea la película estará conmigo en que, aunque Thanos y las Gemas del Infinito aparecen en esta película, la forma en la que sale el villano es tan tangencial e irrelevante como para conseguir que lo que ocurra con él (bien poco) no te importe en absoluto. Pero nada de esto debería ser importante. Nada de lo que hay alrededor de la obra debería contar para analizar el interés de la misma más que el producto que te llega cuando estás sentado en la butaca y pasas esas dos horas en las que has decidido que no quieres hacer ninguna otra cosa de las posibles a tu alcance. Así que yendo a lo más básico: este tipo de películas deberían ser sólo lo que prometen, un entretenimiento (¿y cuál no lo es?). Yo no le debo nada a Marvel. No he leído casi ninguno de sus cómics, y desde luego ninguno de ellos los he leído en mi infancia, el momento adecuado para que ese tipo de producto te llegue a lo más hondo y cree en ti ese efecto de la nostalgia que hace que te emocione lo que ver por el simple hecho de reconocerlo. Si somos sinceros, tampoco gran parte de su público va a disfrutar de esas referencias y guiños que no van a notar ni tendrían por qué hacerlo.

Guardianes de la Galaxia no es una mala película. Tiene un par de gags divertidos, una estética de la máquina bien lograda y un apartado visual, puro porno de post producción, que ya quisieran otros productos a día de hoy. Pero tiene un defecto imperdonable: su guión es puro manual, puro calco de lo que se espera del blockbuster palomitero de superhéroes que no pretende crear profundidad o alimentar nada semejante a una tensión dramática, eliminando cualquier atisbo de originalidad o asombro que en ciertos momentos parece que podría arrancar pero no termina de materializarse nunca. Y cuando creas algo así, cuando erradicas la posibilidad de sorprender lo que consigues no es entretener, es aburrir, al espectador que no vaya ya con la intención de hacer el hincha ante unos cómics que leyó en su día o de reírse con un mapache que habla (seamos sinceros: la vertiente lúdica de la película funciona peor y tiene menos de macarra que títulos como Ted o Kick-Ass). Es cuanto menos irónico que en una historia dirigida por una persona que en trabajos anteriores ha sabido demostrar su capacidad de hablar del género obviando el género y también de satirizar la sacralidad de ciertos valores de importancia sólo intracomunitaria, de ridiculizar esa superioridad moral que emana el nerd medio a la hora de enfrentarse con el mundo real y demostrar ya no sólo lo cómico sino nefasto de su conducta (hablo, por supuesto de Super) firme este título. Irónico es, también, que el tema de esta película, además de ganar dinero, sea el de contar una historia sobre la supervivencia de lo raro (cada personaje es un misfit repudiado y condenado por su condición de “loser”, en el sentido de alguien que ha sufrido una pérdida, como se cuenta al inicio de ese apartado C) en un universo en modo alerta cuando, de hecho, lo que se está firmando es una pieza que mata lo raro y excepcional en favor de eso que llaman “para todos los públicos” y que podemos leer como intentar hacer un Star Wars una y otra vez, con las condiciones que esta categoría exige: el héroe alfa, la chica como interés romántico, los secundarios cómicos, el saber que nadie muere o que nada explota fuera de tiempo. Una nota final con spoiler: cuando nuestros héroes salvan el mundo y todo vuelve a su cauce original, Peter, que ha madurado gracias a las aventuras vividas con sus nuevos amigos y nueva novia, es capaz por fin de abrir el regalo que le dio su madre en su infancia. Más de veinte años después el protagonista descubre que su madre, antes de morir, le había confeccionado el Awesome Mix Vol. 2. Le damos al play y escuchamos primero el Ain’t No Mountain High Enough de Marvin Gaye y Tammi Terrell y después el I Want You Back de Jackson 5. El momento en el que superas el trauma que viviste en los 80 con canciones de los 70 lo rellenas con canciones de los 60, o sea, mirando aún más hacia atrás. Subidón emocional en el espectador, liturgia liberadora y dentro créditos.

Guardianes de la Galaxia es como las calorías vacías: te las pide el cuerpo, pero pero tienen poca sustancia, y si las tomas en exceso afectan a tu metabolismo. Una fórmula sólo para muy de vez en cuando.

Nada de esto importará dentro de cien años. Todos estaremos para entonces más que muertos.

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4 Comments

  1. Jónatan S. dice:

    Sin ser un ardiente defensor de la película creo que sí hay algunos comentarios que añadir -o matizar- al texto.

    Empezando, además, por la Serialidad. Creo que una película debe poder sostenerse por sí misma pero es cierto que las películas Marvel están aportando bastante serialidad… Y me temo que tu amigo o no se ha visto el resto o no se ha fijado. Empecemos por “Thor”, en cuya escena postcréditos Furia enseña el ‘Teseracto’, una fuente azul de energía conocida comúnmente como El Cubo Cósmico (Del que habíamos visto antes algunas notas entre los papeles de Howard Stark en “Iron Man 2″). La historia de ese artefacto y cómo ha llegado a poder de SHIELD es la trama central de “Capitán América” y su posesión centrará la lucha de Loki contra “Los Vengadores” en la película del mismo título en cuya escena final sabremos que tras toda la trama estaba Thanos -que hace un pequeño cameo-. ¿A qué el interés de Thanos? Pues en “Thor 2″ toda la trama gira sobre la piedra roja Aether que acaba siendo otra de las Gemas del Infinito -concepto que no explican- y, en otra de esas secuencias finales, es entregada a El Coleccionista -que añade “One down, five to go”- de manera que para cuando llegamos a “Guardianes de la Galaxia” y su Gema del Infinito Morada, su Thanos y su explicación de lo que son esas gemas y las que hay -seis, hemos visto tres, quedan otras tres- parece claro que están preparando el camino para algo del futuro. Pero no para “Vengadores 2″.

    Incluso aunque el año próximo aparezca una cuarta piedra en la película -algo más que probable, que quedan por presentar Antiguos como El Maestro, El Extraño, El Corredor o *cof* El Jardinero- aún quedarían dos por aparecer. Y es que tiene toda la pinta de que el fin de fiesta, que es de imaginar será una versión de “El guantelete del infinito” tendrá lugar en “Vengadores 3″ -si no incluso en película aparte-. A partir de ahí podríamos ponernos a especular -al fin y al cabo no vemos que Thanos tenga ninguna, sí vemos la crisálida de Warlock, etc- pero, vaya, creo que ha quedado clara la idea de ‘Universo Compartido’ e incluso de ‘Serialidad’ que se propone que esto crea. Aunque esto, como las múltiples referencias y guiños a otros personajes y momentos de los cómics, me parecen más útiles para ‘premiar’ al lector e interesar al espectador en ese mundo que un argumento a favor de las películas en sí. Como decía, más les vale sostenerse sin ayuda.

    Este era el punto principal a comentar aunque hay un par más de cosas: De entrada que “sin otra posibilidad que el éxito arrollador” al hablar de superhéroes creo que ya ha quedado claro que no siempre. Con “Amazing Spider-Man 2″ han creado un ejemplo de ‘¿Cómo no funciona esto mejor?’, las “Tortugas Ninja” parece que irán a lo comido por lo servido en el mejor de los casos y los más de veinte años de películas de supes que llevamos casi-continuos demuestran que hay altas, bajas y hostias en esto de sus películas. -Y que es más fácil hacer dos de “Punisher”, “Motorista Fantasma” o “Hulk” que volver a confiar en una superheroína tras “Catwoman” y “Elektra”, pero esa es otra guerra- y si no ya veremos si logran levantar “Ant-Man” que cada vez tiene más pinta de peso muerto.

    Luego, que yo diría que la peli de Gunn a comparar con esta es es casi más “Slither” que “Super”. La variedad, el sentimiento de comunidad y cierto sentido de lo grotesco. Y también diría que el ‘macarrismo’ es tan “para todos los públicos” que no está tan lejos del de “Ted” -puro humor Bro- o “Kick Ass” -muy depurado respecto al cómic del que salía, que tampoco es que fuera especialmente rompedor-, lejos de la ‘chuleria’ y las muchas -obias que solían distinguirlos en las películas de acción pretéritas.

    Y ya. O, bueno, una última cosa. Lo de dentro de cien años… A saber. Que hace cien años estaban echando en los cines los seriales “Los Peligros de Pauline” o “Fantômas”y a ratos parece que no hemos avanzado demasiado desde allá.

    • Flamenca Stone dice:

      Muchas gracias por el extenso comentario, Jónatan, creo que sus matices y contextualización del universo Marvel son necesarios. Antes de nada una cosa: ya me dijo mi amigo que él, cuando se me contó lo de Thanos, no se refirió a que fuese a ser el villano en Vengadores 2, sino en la tercera entrega. Fue un error mío al recordar la cita, no de él en darme el dato; y claro, también tuvimos después de ver la peli una larga charla en la que también me explicó varias conexiones dentro de esa serialidad de Marvel, como usted aquí, pero, y a esto voy:

      Aún siendo estas interconexiones una forma de generar valor, o interés, entre las películas de Marvel, no me parece que sea tan importante como que cada obra en sí sea buena. Si queremos analizar estas películas Marvel como un todo entonces sí, añadimos este factor como uno de los principales, pero si no esto de la serialidad debería quedarse como una cosa accesoria. Lo mismo para cualquier película con el tema de las referencias. El visionado como texto en el que subrayar las citas, es decir, hacer películas que son un juego de marca cuántos guiños a momentos de la historia del cine (y aquí también del cómic) eres capaz de recapitular tiene ciertos riesgos, y o eres muy bueno o puedes acabar produciendo hastío (aunque en realidad está visto que esta fórmula de riesgo cero y soy yo la que se equivoca). En cualquier caso: yo voy a Guardianes a disfrutarla, no a ver en qué fase de la evolución como criatura autónoma y superior está la maquinaria Marvel, y aunque hay gente que puede hacerlo y oye, esto es perfectamente respetable (y su visionado no es ni más ni menos válido que el mío), mi queja era básicamente eso: que yo no lo hice y no me divertí.

      Y bueno, la peli se sabía que iba a ser un bombazo en taquilla. Pero es que competir contra Ninja Turtles o Expendables 3 si eres Marvel y si tienes en tu película un mapache que habla tampoco iba a ser muy difícil.

      De nuevo, gracias por el comentario.

  2. Te iba a rebatir lo del guión flojo, pero para qué hacerlo si ya hay alguien que lo explica mucho mejor que yo: http://badassdigest.com/2014/08/12/film-crit-hulk-smash-guardians-of-the-galaxy-and-the-art-of-constructing-jo/

    • Flamenca Stone dice:

      Pero Lapresa, si yo lo que digo no es que sea un guión flojo, sino que sea un guión probeta. La fórmula, que está muy estudiada y que destripa paso por paso Critic Hulk en ese larguísimo post (saber cómo funciona algo no quiere decir que sea bueno), tiene ya más de 40 años, y el problema que yo le veo es seguir aplicándola sin prácticamente variar nada. Que si sabes lo que va a pasar es imposible que algo te divierta, vaya.

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