El libro de los Insectos Humanos: ese asqueroso bicho mutante

octubre 20, 2014

Ha sido todo un placer toparme con El libro de los Insectos Humanos, y una feliz casualidad haberlo hecho justo después de ver Gone Girl. Este manga de Osamu Tezuka, publicado originalmente entre 1970 y 1971 en la revista Play Comic y editado ahora en España por Astiberri ha sido galardonado este año con el Premio a la mejor obra extranjera en el Saló Internacional del Cómic de Barcelona, y es que no es para menos. Es muy posible que esta obra inédita hasta la fecha en nuestro país sea, de manera global, una de sus mejores aventuras gráficas adultas del padre del manga (vale, habrá que repasar Adolf, MW, etc. antes de afirmar algo así). El Libro de los Insectos Humanos es un thriller sugerente, de sutil ambientación, estilo muy chic y en el que se contraponen el mito de la mujer-insecto y un contexto social moderno y vanguardista (que si nos hacen pensar que debieron ser imposibles para el Japón de la época es porque la historia nos suena totalmente actual, que si el guión se hubiese gestado este mismo año no nos hubiésemos sorprendido), y un espacio donde la turbiedad y la elegancia se entremezclan con un control narrativo que nunca se desmorona y nos mantiene así pegados al tomo. Es, resumiendo, la novela gráfica que llevabas tiempo buscando.

Con sus tradicionales y vistosos recursos narrativos y un cuidado por la multidimensionalidad de la obra, este es un Tezuka en mitad de explosión creativa, y que nos introduce en la crónica contada a varias voces de la vida de Toshiko Tomura, una mujer genial, joven y tremendamente atractiva a la que se le conocen al menos tres facetas artísticas, que domina a la perfección, siendo la artista multidisciplinar más brillante del momento, algo así como la James Franco de entonces pero en rubia y con una faceta oculta que se nos irá desvelando poco a poco. La trama principal, que veremos dilatarse hasta desvanecerse por completo (puro arte secuencial), mantiene en suspense quién o qué es esta joven de la que, como se nos dirá nada más arrancar la historia, no tiene una personalidad concreta, sino que se la va robando a las personas con las que se encuentra, como una especie de monstruo último capitalista que puede variar su forma de ser, pensar y actuar y, adelantándose a sus víctimas, parasita su potencial y lleva al gran público las obras planeadas por los demás, pero firmadas por ella. Y haber sido más rápido, más ambicioso. Haber espabilado.

Vampiro o camaleón, arlequín o depredador, esta criatura fascinante es la pista conceptual que nos permite adentrarnos en un Eva al Desnudo infinito y metamorfoseante de abyección moral y hombres dependientes de mujeres a las que en el fondo temen. ¿Repugnante? Mucho, tanto que logra mantener atenta nuestra mirada dentro de todo ese clima insano, de esas tensiones de poder bergmanianas y de los magnéticos movimientos de su protagonista una obra de ingeniería del voyeurismo por el que quitarse, una vez más, el sombrero ante Tezuka. Pantomima clásica con femme fatale, discusión sobre los límites de la identidad y nihilismo y cinismo como única respuesta ante un mundo noir. ¿Os suena de algo?

Pero recordemos que estamos en 1970, así que esto que creemos sentir al terminar la obra puede que no debamos identificarlo tanto con esta apatía tan típica nuestra que nos emerge al pensar en el desesperanzador mundo contemporáneo, sino una crítica a la sociedad japonesa de la postguerra en progresiva adaptación de valores americanos, entonces al alza (sí, Toshiko es Japón, una víctima de las circunstancias que le han tocado vivir y un ente que clama desesperado por una identidad, por eso todo lo que ocurre con su madre es maravilloso); y eso que creemos complejidad de los personajes puede estar más bañado de lo que nos gustaría admitir de la misoginia más clásica. Los símbolos en el libro pueden estar a veces ocultos, o ser ambiguos, pero en ocasiones encontramos figuras, sobre todo animales, que confirman estas dos hipótesis. Pero si crees que esto puede no ser razón suficiente para arruinarte un buen manga, no lo dudes. Con El Libro de los Insectos Humanos no te arrepentirás.

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